El comienzo del fin

Rusia, Prusia, Austria: las tres grandes autocracias, sostenedoras del sistema Metternich, se pusieron de acuerdo para rechazar el liberalismo. Se necesitaba una Polonia desmembrada, una Alemania dócil y una Italia vasalla. Metternich, abatido, escribía a Nesselrode: «Mi pensamiento más íntimo es que la vieja Europa se halla en el comienzo del fin».

A pesar de este abatimiento, tiene buenos aliados en Rusia y en Alemania, donde el liberalismo fue derrotado. Tampoco fue afortunado el impulso liberal en Italia.

Al realizar el balance de las victorias y de las derrotas del liberalismo en Europa, nos encontramos con dos nuevas agrupaciones de potencias: un este autocrático y el oeste constitucional.

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